“The Unknown is coming” con Tomás Diez

Dentro del marco de entrevistas “The Unknown is coming” hemos invitado a Tomás Diez, fundador del Fab City Research Laboratory del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña, que ahora dirige la Iniciativa Mundial de la Ciudad Fab junto con los socios del IAAC, la Fundación Fab y el Royal College of Arts. Nos “recibe” en su rincón de Bali donde le ha pillado el confinamiento. Tenemos un batido de calabaza y una mantis religiosa dentro de la escena. También Hernán Hernández, y yo misma 🙂 

El IAAC es una institución vecina y amiga. Estamos ubicados a dos calles dentro del 22@ distrito de innovación en Poblenou Barcelona. Constituyen una comunidad que nos complementa, aprendemos de ellos y les admiramos. En estos tiempos de Covid-19, los makers han demostrado ser una comunidad tremendamente auto-organizada y que propone un modelo alternativo de fabricación distribuida. Han desmitificado la idea de que el Estado tiene las herramientas

En la entrevista con Tomás, celebramos y honramos la labor de todos los espacios que han estado diseñando e imprimiendo respiradores, máscaras, y gadgets sanitarios en todo el mundo cuando se cuestionaba el abastecimiento de material en los hospitales y clínicas. 

Tomás ha hecho un recorrido muy breve de la historia de los FABLABS. Su origen cuando Neil Gershenfeld propuso en 1998, «How to make (almost) anything»; el desarrollo del concepto por el mismo Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en la ciudad de Boston en 2005. Lo ha asociado a la construcción de las comunidades Hackers abiertas; el movimiento “Do it yourself” y por supuesto el movimiento Maker. Básicamente comparte la filosofía de que “la tecnología debe ser accesible para todos”, y la lucha por la igualdad del conocimiento tecnológico, en todas partes las partes del mundo y para todas las personas independientemente de su clase social. Allana el mensaje apelando que “todos los ciudadanos somos makers”. 

Hoy por hoy, son una red global de laboratorios locales que favorecen la creatividad proporcionando a los individuos herramientas de fabricación digital. “Abren el conocimiento de la tecnología y el hardware. Lo comparten sin necesidad de mover átomos.” Son una red de producción descentralizada que invierte en una infraestructura con lógicas colaborativas y regenerativas. La investigación que lidera Tomás se centra fundamentalmente en esto, en la comprensión de la relación entre las máquinas y los seres humanos para la creación de una nueva economía basada en la infraestructura de fabricación distribuida y la arquitectura de datos a través de plataformas abiertas. 

Tomás ha compartido con nosotros un mensaje claro “No estamos condenados al futuro. Hay que seguir dejando emerger futuros deseables. Toda esta situación está ayudándonos a replantear lo que significa crear valor”. Sobre esta reflexión aconsejó “The value of everything” de Marianna Mazzucato. Propuso tener en cuenta por supuesto la economía colaborativa, la economía de los cuidados,… Estamos viviendo muchos momentos que nos hacen entender que esto tiene una profundidad mayor de la que podemos entender ahora.  El modelo está en jaque. 

Tomás ha citado en varias ocasiones “The paradox of convergence” , un concepto que llevan utilizando en el IAAC hace tiempo. “Estamos viviendo un alud de paradojas. Estamos hiperconectados, ahora que estamos en un entorno hiperdoméstico.” Propone que ahora que “todo es desconocido, tenemos la oportunidad de reinventar cosas. Vivíamos en una ilusión que se está desmontando”. Debemos generar las preguntas correctas, las más fundamentales, crear un espacio de reflexión que nos ayude a manejar la incertidumbre. 

Esta reflexión nos lleva a la ronda de preguntas donde abarcamos las preguntas más asociadas a la ciudad. “Hay que reentender las ciudades y la cadena del suministro global.Tenemos que recalibrar la ola del cambio climático.” Menciona el Club de Roma, Victor Papanek y su libro “Design for the real world”. Varios que antes han incidido en un mensaje ecológico y social del cuidado a largo plazo del planeta. 

Ha sido una hora de conversación muy agradable. Hemos podido compartir reflexiones filosóficas, teorías que sostienen la ideología de colaboración, creación y libertad que compartimos, anécdotas tropicales y de proyectos pasados y futuros. Me quedo con una frase que nos provoca a acciones inmediatas, relevantes, y conscientes, que nos obliga a movernos y actuar ágiles y, que nos une en la misión de crear conjuntamente nuevas soluciones para el mundo. Estamos juntos como comunidades en expandir estos valores a través de los proyectos que diseñamos. 

“Lo sabíamos, ahora nos queda más claro que es necesario”.