Por Pablo Lechado, LEINNer de 3er curso en el Lab de Barcelona
Con más 155 años de servicio a la sociedad y un equipo de más de 250.000 voluntarios en España, CRUZ ROJA es un movimiento mundial de ciudadanos presente en 192 países.
La pasada semana tuvimos el placer de hablar con Belén Viloria, una mujer todoterreno que hace un año se embarcó en la aventura de ser la directora de marca y comunicaciones de Cruz Roja. Decimos que ésto es una aventura y ella es todoterreno porque, si liderar una organización con tantos ámbitos de actuación es complicado, imaginaros teniendo que hacer frente a una pandemia global que ha hecho vulnerable a toda la población.
¿Cómo un líder o una organización puede adaptarse a una pandemia así? Belén nos explica que hay dos factores clave: anticiparse a los hechos y la capacidad de adaptación al cambio. De hecho, podemos desmitificar aquí ese pensamiento de que las empresas grandes tienen más difícil adaptarse a los cambios. Con el objetivo claro de ayudar a la sociedad CRUZ ROJA ha conseguido llegar, en lo que llevamos de pandemia, a 1.600.000 personas.
Como comentábamos antes, su ámbito de actuación es muy amplio, ya que tienen programas en empleo, educación, salud, emergencia social, etc. Todos ellos promovidos con la misma visión, la de mejorar la vida de las personas en todas sus áreas.
Hablemos ahora del futuro y del liderazgo. Si algo nos ha demostrado esta pandemia es que todos somos vulnerables y tenemos que aprender a trabajar con una nueva realidad. Belén explica que espera que esta pandemia acelere el desarrollo de una ciudadanía más global y empática, donde haya además líderes que promuevan cambios y soluciones para la sociedad.
De hecho, una faceta que determinará el liderazgo en los próximos años será la capacidad de ser un líder global y empático. Las alianzas cada vez se convierten en un must para todas esas empresas que se están dando cuenta de que los problemas son globales y nos afectan a todos. Para tener esa conexión con la realidad del mundo, Belén lo tiene claro, el voluntariado debería de ser una tarea cotidiana más en la agenda de un líder. El voluntariado es una forma de ver y sentir el mundo, que puede ayudar a los líderes a ampliar su visión de nuevas realidad.
Como conclusión a esta interesante charla con Belén, creo que podríamos concluir con dos ideas (para convertir en realidad):
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Necesitamos que tu, yo y toda la sociedad sea más empática. Sal a la calle y mira a tu alrededor, visualiza otras realidades y pregúntate: ¿cómo puedo generar valor yo aquí?
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Los jóvenes y líderes del futuro han de tener muy presente la importancia de las alianzas y de generar proyectos que generen un impacto positivo en la sociedad.
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